17 de agosto de 2010
H2O (basado en hechos reales)
5 de agosto de 2010
Alimentos transzombiescos
Llegué a casa corriendo. La mutación estaba de nuevo haciéndose con mi organismo y debía tomarme la vacuna cuanto antes. El Gobierno podía decir lo que quisiera, pero estos efectos secundarios de sus alimentos eran un engorro. Para no hablar más, uno tan solo debe fijarse en el estado en que ha quedado mi padre –atado en el cobertizo por su ansia de carne humana– para convencerse de que los ahora llamados alimentos transzombiescos no son tan “inocuos” como pretenden desde El Noticiero en televisión.
Lo peor es que tenemos un estado militarizado y con armas suficientes para explotar el mundo entero pero que niega este fenómeno, pues aceptar que hay zombies en nuestras calles es aceptar que la comida gubernamental no es sana. Al menos han repartido vacunas con el pretexto de que “ayudan en las dificultades digestivas”...
Me inyecté la vacuna y deseé escupir a la fotografía del Líder. Yo no lo voté, como ninguno de los ciudadanos de este país. Llegó por la fuerza y ahora todos debemos tenerlo en la cocina y en la sala de estar. Eso o, créeme, la alternativa sería peor que el actual estado de mi padre.
29 de julio de 2010
Ascensor al Infierno
21 de julio de 2010
La noche lo sabía
Calló la noche. Si, efectivamente, después de milenios de incesante charla la noche terminó por callarse, tal vez aburrida porque nadie la escuchaba. No era como aquella falsa música de los planetas, nadie notó el silencio que la noche nos legó, así de ignorada era.
¿Recuerdan aquello del árbol? Si, si hace ruido un árbol al caer en mitad de un claro en el cual no hay ningún espectador. Como si fuéramos el centro del universo, como si importáramos algo. ¿Realmente alguien se plantea en serio esas gilipolleces? La noche no. La noche sabía que cuando callara nadie iba a notarlo, pero no se calló por eso. No. La noche se calló por aburrimiento, porque quería saber lo que pasaba. No pasó nada, era lo previsible, pero dicen que por probar nada se pierde. No sé lo que sintió la noche al escuchar el silencio, no le he preguntado. No, no me juzgues, probablemente tú tampoco lo has hecho. Nadie pregunta hoy día nada, lo damos todo por sentado y así cometemos los mayores errores; por eso las parejas rompen, los camareros se equivocan y los políticos siguen en el poder.
Una vez me dijeron que las unicausas son siempre falsas. Aprecio a quien me lo dijo, pero creo que aquí se equivoca. El problema de la sociedad contemporánea es que nadie escucha. Ni más ni menos. La noche lo sabía.
Posiblemente, aunque me estés leyendo, no me estés escuchando. Hemos perdido la capacidad de atender a los demás.
La noche lo sabía, pero nadie le preguntó.
***
A quien le interese:
Disculpen por la tardanza en la publicación, pero me ha sido imposible la conexión a Internet durante este tiempo. Ahora que la he recuperado recuperaré conjuntamente la publicación cada día impar.
Además, decir que he agregado la opción de calificar los textos. Agradecería que, ya que está ahí, la usen. No sean rácanos, es solo un clic.
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1 de julio de 2010
Turno de limpieza
¡Dejadme! ¡Solo quiero estar sola!
Cerró la puerta violentamente y escuchamos cómo se tiraba con más estrépito aún sobre la cama. Nosotros no abrimos la puerta, la dejamos tranquila hasta que se le pasara. No, no escuchamos nada más. No, no nos preocupamos. Quería tranquilidad y nosotros se la dimos. Poco después llegaron las vacaciones y tuvimos que irnos, no nos extrañó no verla hasta entonces. Estaba enfadada con nosotros por haberla saltado en el turno de la lavadora y pensábamos que nos evitaba. Así es, como le dije no volvimos más a este piso porque encontramos otro mejor. No, tampoco nos extrañó que no nos devolviera las llamadas, simplemente pensamos que había cambiado de número. Siempre fue rarita, ya me entiende.
No sé a qué viene tanta pregunta, creo que está claro: Al tirarse encima de la cama se abrió la cabeza y murió allí mismo. Nosotros no podíamos saber nada y nos parece impensable que ahora, cuatro años después de aquello, nos hagan perder el tiempo por una compañera de piso de cuando éramos estudiantes. Una compañera que, por lo demás, no nos saltamos en el turno de la lavadora. Tal vez debió mirar el calendario de la semana.
23 de junio de 2010
Consejos para la vida moderna
Allí estábamos ella, mi esposa, y yo. Tragué saliva para evitar que una carcajada de gozo explotara en mi garganta y saqué el bulto que guardábamos en el maletero de la furgoneta. Un consejo: si alguna vez vais a matar a alguien, aseguraos de disponer de una furgoneta. Sin asientos atrás, claro. La tarea se simplifica mucho cuando puedes matar a tu víctima en el mismo lugar donde vas a transportarla. Yo sufro de la espalda y mi mujer dice que no va a cargar con nada para mantenerla sana (me refiero a la espalda). Imagino que me entendéis.
7 de junio de 2010
De vuelta (un regreso inesperado)
15 de abril de 2010
... y comieron codornices
13 de abril de 2010
Despropósitos literarios
31 de marzo de 2010
Capricho
de luces azuladas y música de discoteca,
de emos, canis y todas esas mierdas:
Tenemos fruta transgénica y otras falsas cosechas,
mandamos en guerras sin mando y que no son nuestras
mientras las calles se llenan de escoria callejera.
Porque las rapsodias se volvieron rap
y aún creemos en el mito de la paz.
Trino como un cochino en el matadero
cuando vagabundeo como un reo en su celda,
solo que mi condena es la de ser libre.
¡Quise matarlos!, pero no logré ni ordenarlos
y con el desorden de la humanidad tuve que vivir.
¡Qué atrocidad! Y que algún dios me perdone
pero, de verdad, no puedo seguir siguiendo así.
(Validémoslo aquí).
¡Mándame un rayo Señor y no me toques los cojones!
Pues conquistando corazones no me llega para comer,
y ni comiendo ni catando me logro conmover.
¡Calamitosa calamidad de sinrazones sin beldad!
Seguiré a un nivel ontológico para decir
que los animales del zoológico se pueden confundir
si con tus engaños llegas para tirarles piedras.
Y la hiedra que erró en tu ventana
no me quiere contar los secretos mal guardados
de tu desnudez y tu descaro,
de tu cama y tu palidez.
(Blancura atenta).
Mantendré pues siempre alerta mis sentidos,
preparado para el graznido del cuervo
o, del lobo, el tímido, pero lobuno, aullido.
No vaya a ser que, al dormirme, te vaya a perder.
Golpeas furiosamente la furia que te inunda,
pero no tienes más que una cuchara
para sobrevivir a tu inundación.
Olvídate ya de esa canción que olvidaste
y que ahora no puedes recordar.
Yo, que no pude recordarte,
con tu fotografía me he de conformar.
(Y meé).
Vacié hace mucho mis cuencas oculares
y mis gafas ya no tienen ojos que corregir,
así, como yo, vagan por el mundo
sin tener objetivos, sin misión.
Sea pues carne de reo lo que condeno
y no dejemos que se vuelva a repetir.
¡Matémosle ahora mismo! ¡Yo lo ordeno!
Y así, aunque yo no quise, me tuve que morir.
21 de febrero de 2010
Dedicada:
3 de enero de 2010
Un poquito de nostalgia
(Si, si... Y sin haberlo deseado...)
En laberíntico paseo por extrañas calles
que se van manifestando ante mí cada mañana.
Un susurro rompe el barullo,
me distrae y contemplo el absurdo
de un reloj demasiado alto en el que suena una guitarra.
Camino y me maravillo; vago sin vaguear
entre cafés, preludio de camerinos.
Contemplo, ¡por fin!, el vaivén de la noche
entre disfraces y helados que te hacen feliz.
Ni paranóico ni maniático, tal vez fui,
como dijiste, un maniaco encantador.
Trenzo entre tu pelo alegres historias
mientras el historiador nos habla de sus amores.
Y tengo razones para anotar en mis memorias
que pude ser sustituido por un bicho azul.
Vuelvo a oir viejas voces en la noche: ¡Dum!
Es un reloj que marca el tiempo, que ahora vuela.
¡Dum!, ¡Dum!, ¡Dum!
Pero el fresco sigue sin llegar a nuestra ventana.
¿Será cosa de la extraña daga que allí yace?
¿Será por la rosa de la copa ensangrentada?
Nunca el agua caliente fue tan peleada.
Ni la neurosis de un televisor que se precipita,
ni la precipitación por las escaleras,
me hará retroceder en mi empresa.
Cadáver arrojado a la caridad,
puntos de acceso buscados
y hallados sin calidad.
Ceniceros formados por sacapuntas de color
y demasiado tabaco en el ambiente.
Quizás hubiera sido mejor
no partir el coco aquella tarde.
Estudio, lectura y letras
que se van escribiendo al comienzo de todo.
¿Qué diremos de nosotros mismos
una vez que los meses hayan proseguido?
La cadencia de esta música es el lodo
que me arroja en la indecencia.
Una chica formal, otra que no lo es tanto.
Un santo, un pillastre y el mismo Satanás.
¿Cómo llamaremos a la que vendrá?
Jugaremos al ajedrez entre exámenes
y viajaremos para que uno pierda la fe.
Tal vez nos faltó demasiado el café.
26 de octubre de 2009
Sobre Cielos e Infiernos
De todos modos, me sigue pareciendo una temperatura muy alta para mantener fría la cerveza en el Infierno.
6 de octubre de 2009
Pensamiento libérrimo
(Reedito para decir que si alguien quiere auténticas verdades universales puede acudir a este sabio )
27 de septiembre de 2009
Barbie debe morir
Porque Nancy O prefiere verla muerta
Barbie debe morir
Porque Nancy Reagan vale mas que ella
Barbie debe morir
porque esta mas gorda que Nancy Anorexica
Barbie debe morir
porque esta mal hecha es demasiado vieja
Barbie debe morir
porque a mi me da la gana
porque ken lo quiere asi
porque se ha vuelto muy rara
Barbie debe morir(4)
Porque habla mal de Nancy Trabesti
Barbie debe morir
insulto a la verdadera Nancy Rubia
Barbie debe morir
Porque fue juzgada y condenada
Barbie debe morir
porque tiene muy revuelto el carma
Barbie debe morir
porque es tan americana
porque ken sera feliz
porque es un poco fulana
Barbie debe morir (x8)
y las Nancys se reiran
porque Barbie lo va a pasar fatal
Barbie debe morir(x3)
Barbie muerete ya
oh oh oh
(Barbie debe morir, Nancys Rubias)
26 de noviembre de 2008
Entre el sur y Norteña
Una vez en mi vida se cruzó
una verdadera mujer.
Era del norte, me aseguró,
mientras de un trago de tequila
apagaba momentáneamente su sed.
Unas oscuras gafas de sol
ocultaban su forma de ser,
y con su pelo en plena revolución
quiso que le contase otra vez
cómo era mi vida en el sur.
Por supuesto acepté.
Y le conté que no estaba mi vida allí,
que esas tierras abandoné
por ser el sol el rey.
Y vine a Norteña
para encontrar mi vida gris.
Y sé desde que la conocí
que no sabré olvidar jamás
el sabor a tequila en mí.
Ni su forma de mirar y hablar,
ni su forma de sonreír.
"Si buscáis
me deberéis de tener,
pues nadie que con ella sueña
la ha tenido sin probar mujer."
Y yo no pude evitar enloquecer.
Sus uñas se clavaban en mi carne
como agujas de coser.
Y sus labios tomaron mi sangre
como si de ella quisieran beber.
Bienvenido a Norteña, murmuré.
Una negra y larga melena
me quiso atrapar
junto a su piel morena
y un tacto frío como la mar.
Supe que no regresaría jamás.
Pero cuando desperté
sólo unos negros cabellos
junto a mí encontré.
Y yo, sin un triste consuelo
en que poderme entretener…
Y sé que aprendí la lección
que allí era la ley:
"Sólo con una canción
podrás a un mujer conseguir."
Y esta te escribí.
Y cuando pase de vuelta
sé que no estarás,
pero dejaré esta canción en la puerta
del que creí tu hogar
para que siempre me puedas recordar…
14 de septiembre de 2008
Los Dandies no hemos desaparecido
"Vivimos tiempos difíciles: el reino de la tristeza, de la uniformidad, de la lobreguez y de la fealdad. Estamos a comienzos de la primera mitad del siglo XXI; los entusiasmos y decepciones de los últimos decenios del siglo pasado son sustituidos por un periodo de ideales modestos pero eficientes, en el que dominan las sólidas virtudes burguesas y un capitalismo aparentemente triunfante. El Dandy, frente a la opresión del mercado y pensamiento único, la ampliación de las metrópolis transitadas por multitudes inmensas y anónimas, el surgimiento de nuevas clases entre cuyas necesidades urgentes no se encuentra sin duda la estética, ofendido por la forma de las nuevas máquinas que exhiben la pura funcionalidad de los nuevos materiales, siente amenazados sus propios ideales, considera enemigas las ideas pseudo-democráticas que se van abriendo paso gradualmente y decide ser "diferente".
Desde estas líneas propugno una auténtica religión estética y, bajo la vieja pero no caduca consigna del arte por el arte, demostraré la idea de que la belleza es un valor superior que hay que materializar a toda costa. Hay que vivir la vida como una obra de arte. No ser un artista ni un filósofo que reflexiona sobre la belleza y el arte.
Manifestar el amor a la belleza y a la excepcionalidad en los hábitos y en el vestir. Una elegancia que se identifica con la simplicidad (llevada hasta la extravagancia), unida al gusto por la frase desconcertante y el gesto provocador. Ejemplo sublime de hastío aristocrático y de desprecio por la opinión común, se cuenta que en cierta ocasión lord Brummel cabalgaba con su mayordomo por una colina y, viendo desde lo alto dos lagos, preguntó a su sirviente: "¿Cuál de los dos prefiero?"