19 de enero de 2008

Creciendo con la autodestrucción

Lo que sigue a esto es la carta que la productora de "El club de la lucha" mandó a los periódicos, en forma de cartas amenazantes, para promocionar la película:

"He visto en ti cualidades que tú mismo desconoces. Eres periodista. Y qué. Tienes esa clase de enferma desesperación encaminada. Me dirás que te van bien las cosas. Corta esa mierda. Puedo ponerme en tu lugar. Cualquier cosas de la que puedas estar orgulloso acabará en el cubo de la basura. Te despiertas y ya no estás en ningún sitio. Ojalá que nunca te sientas satisfecho. Porque cuanto más bajo caigas, más alto volarás. ¿Por qué no puedes despertarte siendo otra persona? No puedes ir contra tu propio destino. Únete a mí. Seremos una Leyenda. No envejeceremos. Seguiré viviendo mi vida mientras duermes, pero si intentas pegármela, seré tu enemigo. Y me las pagarás. JACK."

Me gustaría mucho leer aquí más comentarios, aparte de los de Fran, que ya se agradecen un montón, por eso voy a abrir la posibilidad de que ponga su comentario quien lo deseé.

Mi opinión es que, aunque en la película se muestra de un modo bastante radical, es cierto que tenemos que abandonar muchas de las grandes patrañas en las que hemos crecido.

Adjunto también, ya que estoy, la charla que da Tyler Durden en una de las reuniones del Club:

"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados."

Y bueno, creo que esta frase, también sacada de la película, podría ser un buen final: "Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar."

15 de enero de 2008

As de picas


Las picas de la baraja francesa han simbolizado desde siempre, en el Tarot, los aspectos más negativos de la vida: las traiciones, el desamor, trastornos emocionales, la falta de salud y toda clase de problemas. Por otro lado, al proceder del palo de Espadas de la baraja española, también puede atribuírsele valores como la fuerza o la virilidad, pero estas cuestiones ahora no vienen al caso.

Aunque depende del número que saques en la carta, siempre harán referencia a lo mismo... menos una: el As de picas. Esta carta hace referencia al placer, y me dio qué pensar. ¿Por qué en un palo de cartas cargado de pesares te encuentras una, la última, que simboliza el placer? He buscado en algunos sitios, pero no he encontrado la respuesta, así que -algo que me caracteriza- he decidido prescindir de toda la historia y de todas las reglas del Tarot -que me son completamente desconocidas- y he puesto un nuevo significado, el que más se ajusta a la visión que tengo de la vida.

Yo soy una persona que se ufana de pensar cosas tales como: "es agradable caminar bajo la lluvia, siempre que se tenga algo suficientemente triste en que pensar", o que "la tristeza es siempre hermosa, a menudo horriblemente hermosa". Así que, enlazando mi propio pensamiento con los datos obtenidos acerca del significado de este enigmático palo de la baraja francesa, he conseguido llegar a una solución.

Mi filosofía no es una ayuda optimista para comprender al mundo, como una vez se dijo de Heidegger -filósofo alemán que no recomiendo leer, pero que yo tengo que estudiar- yo "no ofrezco medicinas ni consuelos", prefiero mostrar la belleza de un mundo cruel y gris que muy a menudo se ríe de nosotros. ¿Qué sería de este mundo sin los días nublados? Aquel que no vea la belleza en esos días cargados de nubes amenazantes dudosamente podrá hacerlo en cualquier otro lugar.

No me veo capacitado para explicar la belleza de lo triste, la gran vida que se respira detrás de los fracasos, de los infortunios, pues eso es algo que se siente o no se siente. Pero me gustaría poner algunos ejemplos clarificadores: ¿Cómo creéis que es la vida de una persona que jamás ha tenido que enfrentarse a la desgracia? Yo he conocido, y conozco, a muchos -de la desgracia no escapa nadie, pero para algunos una desgracia es que pierda su equipo y para otros que le traicionen las personas en las que confiaba, pero sé que me entendéis- y os aseguro que esos llevan una vida monótona, aburrida, con una impresión de seguridad y de tenerlo todo controlado completamente falsa.

Por otro lado, imaginaos a los planetas. Durante siglos se han considerado a estos lo más cercano a la perfección, la imagen clara de lo divino, lo trascendental. Ahí, en el firmamento, tan redonditos -al menos en apariencia- y con esas vueltas epicéntricas -que tampoco lo son exactamente- tan chulas. Pues bien, ese es el ideal que se quiere tener del ser humano. Un ente completamente "espiritual" (permitidme una pequeña carcajada por todos aquellos que realmente creen que lo espiritual ha de ser sinónimo de perfección), supramundano. ¿Acaso estamos locos? (Esta pregunta es retórica, yo ya tengo la respuesta). El ser humano -y, si queremos algo tan atroz como un modelo, podemos decir el "ideal humano"- para nada tiene que ver con eso. El ser humano no es quietud -el movimiento circular que se atribuía a los planetas se veía como lo más cercano a la quietud total- sino que es movimiento. El ser humano se descompone, madura, crea, muere, ríe, llora... ¡Es tan completo en matices!

Y esa misma falacia que nos ha hecho creer que debemos ser "perfectos" es la que nos ha llevado a creer que el fin del ser humano es la felicidad...

No, el fin del ser humano para nada se acerca a la felicidad. Es más ¿Qué coño es la felicidad? A lo que realmente todo ser ansía es al conocimiento. Unos al conocimiento de la verdadera belleza, otros a cómo se tunea bien un coche, pero de alguna manera todos ansían ese conocimiento.
Pues bien, ¿qué nos queda entonces de la felicidad? Una mentira, un engaño. No digo que haya que ser unos desgraciados, pero sí que en las desgracias se encuentra la belleza. El mundo es bello, eso nadie que aprecie un poco la naturaleza -y las ciudades, pero esto es para debatir más largamente- puede negármelo. Pero es este mundo bello el que guarda todo tipo de desgracias, este mundo es el que puebla el ser humano, la Humanidad en su conjunto, y este mundo es un mundo gris.

Yo creo que la referencia al placer en esa carta viene dada precisamente por eso: el placer de encontrar la belleza en todos esos males, al placer de ver cómo una madre saca adelante a su familia cuando todo está perdido, de ver la lluvia caer y empaparte prometiéndote un fuerte resfriado, de ver la vieja ciudad que unos hombres como tú han levantado, de ver la muerte y querer plantarle cara.

El As de picas es, para mí, la representación de la belleza de las tristezas.