29 de junio de 2010

De principio a fin

Calzábase siempre con calzador. No era culpa de sus zapatos, es que sus pies eran demasiado anchos. Los tobillos nunca fueron un problema. Sus muslos sí, al igual que sus caderas.

Le gustaban los sombreros; no era de extrañar ya que le tapaban su espantosa cabellera. No fumaba, pero bien podría haberlo hecho. Tal vez el cáncer de pulmón le hubiera ayudado a mejorar su existencia.

Su final no fue triste, solo redondo. Terminó con la misma insignificancia con la que empezó.

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