13 de marzo de 2010

¡Señoras y señores del jurado!

•Es este un espacio público en el cual escribo, entre otras muchas cosas, críticas. Si son constructivas o destructivas es asunto que no voy a tratar aquí, pero básicamente son críticas hacia lo que me da la gana y enfocadas como me da la gana. Al ser un espacio público puede ser leído por cualquiera, pero nadie está obligado a entrar aquí.

•De todos modos, y porque sé que las cosas que digo pueden molestar a alguien que luego tendrá la sana necesidad de desahogarse, dejo a la disposición del lector vía libre para que comente lo que le venga en gana, incluso mensajes spam, ya que no tengo activada la moderación de comentarios.

•Por otro lado no creo ser pedante. En estas páginas pueden leerse incluso entradas criticando los blogs personales, pues son armas donde uno puede escribir lo que sea sin ningún tipo de pudor -ni inteligencia-, y sin ser por ello penalizados de ninguna forma. Conozco muy pocos blogs que merezcan realmente la pena (y no creo que este sea uno de esos, la verdad). 
Se llama libertad de expresión, y es algo que me gusta tanto como odio, pero reconozco que es un avance en la historia y la defenderé. Ahora sí, cada uno puede expresar lo que deseé, pero no por ello va a estar libre de crítica. Y es en esta crítica donde yo creo que se encuentra el crecimiento, tanto individual como social.

•Tengo además la costumbre de escribir en un lenguaje poco complicado. Podría enredar el texto más que Góngora, pero me parece una gilipollez propia de personas acomplejadas que, por no tener nada que decir, tienen que llenar su texto de palabras rimbombantes y carentes de sentido, así como citar a autores que probablemente no haya leído ni, de lejos, entendido. Eso sí, procuro cuidar la estética del texto, así como su configuración, cosa que esas personas antes citadas no saben –ni pueden- tratar.

•Soy más cabrón que un indio –que me perdonen los indios- y eso es algo que simplemente es. No hace falta conocerme mucho ni conocerme poco.  Es más, los que más se ufanan de conocerme son los que menos lo hacen. Esto también me lleva a repetir que aquí, cuando hago alguna crítica, no tiene por qué ser justificada, con que mis argumentos se sostengan me quedo conforme. Y no pienso guardarle respeto a nadie por el cargo que ocupe dentro de la sociedad; ya puede ser sacerdote, profesor, militar o cocinero. Por otro lado, me gusta la provocación, que nadie se extrañe si un provocador reconocido te provoca. Con no escucharle si no te gusta lo que te dice, aunque lleve razón, tienes bastante.

•Aunque parezca que no, yo busco la verdad en las cosas que hago. Si soy un poco más pícaro a la hora de registrar es por una cuestión de personalidad. Cuando hago cosquillas las hago, además de porque me resulta divertido, para ver qué hay debajo. Si no te gusta lo que encuentro, o cómo lo encuentro, vuelvo a repetir, ahí están los comentarios –o la puerta si nadie te invitó a entrar-.

•No sé si mis lectores son sabios o tienen buena fe. Lo que no espero es que sean tontos y, si en algo no están de acuerdo conmigo, me lo hagan saber. Repito, para eso están los comentarios.

•Por último se me había ocurrido montarme una parábola a lo Jesucristo, pero prefiero resumirlo por el asco que me da el estar escribiendo esto:

La parábola iba de un hombre al cual condenaban por ser ateo, ir en contra de las creencias que sus padres le habían inculcado, por escribir sin posicionarse claramente en un sentido o en otro, por tener un hermano medio lelo y, para más inri, reírse de todo esto y hacerlo público. El pobre reo se defendía diciendo que sí, que todo eso era cierto, pero a la misma vez era una buena persona, ayudaba al resto de su especie cuando podía, no parasitaba a sus padres, vivía según las leyes de la ciudad, pagaba sus impuestos, etc.
Ante lo cual el jurado gritaba una y otra vez: ¡Por eso, por eso! ¡Por demostrar que se puede ir en contra de lo que se le enseñó y, pese a todo, hacer las cosas bien!

FIN

Una lástima gastar la entrada del día 13 en hacer algo así...

4 comentarios:

Elvira dijo...

Ooooh... me esperaba más malicia. Aunque te has desenvuelto bien con los detalles.

Muy bien razonado y explicado, pero le falta pasión. O quizá es que a mí me sobre últimamente.

Déjate de parábolas, lo suyo es la hipérbola.

Y a Jesucristo no le gustaban las parábolas, sino los niños. Me parece que te saltaste esa parte...

Kiüs dijo...

¿Más cabrón que un indio? ¿De dónde te sacas esas comparaciones? xDD

Yo sí soy sabio :)

Al final va a resultar que los cambios sociales que conlleva el cambio de tiempos es que para ser una persona respetable tienes que ser odioso...

Unknown dijo...

Dime tú a mí que cortarle a alguien la cabellera no es cabrón.

Kiüs dijo...

Pero se las cortaban a los q mataban a sus mujeres y follaban a sus cabras xD Pero luego amaban la naturaleza y le daban besitos a la tierra ^^