9 de abril de 2010

El cubo de desperdicios

Algunos dicen que escritor es que el que escribe, otros le añaden que necesitan tener algo que decir. Por último, están los que terminan la frase dejándola así: “Escritor es todo aquel que tiene algo que decir y lo escribe de una forma bella”.
Después de estas perlas viene la discusión de si se nace escritor o se vuelve uno así. Yo, ya puestos, preguntaría si a uno pueden volverlo escritor (y no deja de resultarme curioso que cuando se habla sobre el fenómeno del “escritor” –y por extensión del “artista”- se hace como si fuera algún tipo de enfermedad de la que se intenta averiguar el origen para poder tratarla).
Yo escribo porque tengo cosas que decir, e incluso algunos llegan a decir que lo hago de “forma bella” (no lo dicen así, obviamente, pero es para que los más lentos vean el paralelismo con las tres características que, se supone, debe tener todo aquel que quiera ser escritor). Pues bien, yo no me siento escritor. No puedo alzarme con la etiqueta, como tantísimos hacen –aunque escriban basura- y decir que soy escritor. Y no puedo porque no quiero. No me siento escritor, no al menos como yo lo entiendo.
Y podré publicar y vender libros y seguiré sin sentirme escritor, porque me conozco y sé que me falta algo, algo que veo en los grandes y que no lo encuentro en mí.
Los grandes intelectuales (si es que quedan) podrán seguir discutiendo lo que debe tener el escritor, podrán intentar definirlo y probar intentos tantas veces como quieran, pero no por eso ni ellos mismos ni los centenares de personas que se creen con el derecho de autodenominarse así –a fin de cuentas es un “título” que agrada- lo serán.
¿Qué cual es mi problema? Que llevo días intentando escribir algo decente y solo sale basura.

1 comentario:

Elvira dijo...

"Cradle of filth".

No, pero casi. Necesitas Nymphetamine... y creo que yo puedo dártela ;).