6 de septiembre de 2009

Mi Marla particular

Pobre, sucia y destrozada,
uñas de color desgastado,
robando ropa en centros de lavado
para venderlas en la siguiente esquina.
Hace ya mucho que no lloras
y que te refugias en las medicinas,
en el fondo de los vasos ya vacíos.
¿Qué te hará reír ahora?

Huiste mil veces para volver después.
Avanzar por la vida con hombros caídos,
con ojos cansados, con manos gastadas.
En un sucio apartamento lleno de liendres
malvives tu vida insana.
Lo tuyo son las malas compañías.
Debiste escuchar las palabras hirientes
de las que fueron tus viejas amigas.

Los años en ti sí pasan en balde.
Ni las canciones ni los poemas
que seguiste sin ver sus problemas
pueden ahora contar, de horrendo,
tus historias con mujeres y hombres.
Y cuando cae la noche en tu cabeza
quisieras salir de allí corriendo,
volver a tu juventud y recuperar tu nombre.

Pero sabes que hay elecciones
de las que eres única responsable.
Y sin poder siquiera llorar
quieres gritar y encontrar otro culpable.
Pero no hay salida para tu vida,
no se pueden solucionar tus errores.
Y te revuelves contra ti misma
inyectándote otra dosis de bellos colores.

Ni el sexo sucio ni el alcohol
pueden hacerte mejorar.
Y, encerrada en tu habitación,
poco a poco vas perdiendo la cordura.
Y te dices “mejor esto que luchar”.
¿Quién podría acompañarte en la locura
para intentar hacerte reir?
¿Elegiste vivir así?

Y un día te encontraré sentada
en los escalones de un sucísimo portal.
Te tenderé una mano y te haré huir
poniendo carretera y alejándote de la soledad.
Iremos a alguna ciudad despoblada
de edificios derruidos y cielo gris.
Donde no exista el horror ni la verdad,
donde construir nuestro imperio de mediocridad.

1 comentario:

Artemisa V. dijo...

Ya lo dijo Baudelaire: las flores crecen con más fuerza entre la basura.

¿Qué tal la vuelta al cole? =P