22 de enero de 2009

Sobre por qué nunca tendré un hijo

Hoy me he situado en el hipotético caso de que tengo un hijo, para así intentar demostrar por reducción al absurdo que, efectivamente, es algo tan improbable como peligroso para ambas partes (el supuesto hijo y yo). Como era de esperar, el resultado ha sido el esperado.

Si acepto que tengo un hijo no debo esperar que el susodicho problema sea tan magnífico como su padre, realmente es altamente improbable, pues raras veces la Naturaleza se pega tamaño capricho, y desde luego no lo haría sin, al menos, saltarse una generación. Por ello, he de sospechar que el cáncer que sería para mi vida un mocoso, se vería acrecentado y ya agónico al llegar a la edad en la que fue el inicio de la madurez intelectual de su padre: los 6 años.

Me imagino perfectamente la situación. El niño delante de la maravillosa biblioteca de su padre, investigando arduamente sus fosas nasales, hasta que cierto tomo le llama poderosamente la atención. Al fin y al cabo compartiríamos genes y algo en común deberíamos de tener, por lo que seguramente sería alguno al que le tuviera especial cariño.

Bien, ahora llega el momento en el cual yo me doy cuenta de que ese castigo por haber querido ser libre posee uno de mis libros entre sus manos, reclinado a lo mejor encima de alguna mesa. Yo me sonrío esperanzado, para segundos después darme cuenta de que esa maravilla del pensamiento humano ha sido destrozado y convertido en inteligible gracias a unos espantosos dibujos producidos a lo largo de sus hojas. ¿Qué debería hacer yo?

Ante esta pregunta me respondo sin mucha dificultad, ya que, a pesar de todo, seguro que sería un buen padre.

Sentaría a ese malhadado en una silla, sonriéndome tal vez al ver sus piernas colgando por los bordes de la misma sin apenas soñar con tocar el suelo, recordando algún bello momento de mi infancia, y acto seguido me sentaría enfrente suya para explicarle lo siguiente:

“Hijo mío, en este mundo apenas encontrarás algo que sea realmente verdadero, ya que todo lo que el Universo contiene es igual de neutro. A lo más, hallarás certezas, pero desgraciadamente las cosas por sí mismas no contienen ningún tipo de Verdad, sino que será uno mismo quien deba otorgársela o negársela. Es más, a lo largo de tu vida encontrarás muchísimas cosas que, en cierto momento, las verás como auténticos bienes para ti, pero que son considerados males para otras personas. Igualmente, esas cosas que un día viste como buenas, se te tornarán malvadas. En base a esto, yo no sería capaz de explicarte porqué lo que has hecho es tan atroz, pero seres humanos extraordinarios, a lo largo de la Historia, han logrado ir configurando las sociedades, que, mejores o peores, se encargan de regular con mayor o menos acierto las cosas que podemos considerar como buenas o malas en base a un bien mayor para la humanidad completa. Si este bien mayor para la humanidad es objetivo, y si realmente es un bien, es algo que dudo (creo que hablamos de la felicidad), pero al menos funciona como brújula para indicarnos nuestros actos y así poder ir desarrollándonos.

¿Y qué no son las sociedades sino la unión de las personas para luchar contra la naturaleza adversa? Dichas sociedades han ido evolucionando y transformándose, intentando lograr que sea el débil quien, paradójicamente, termine dominando al fuerte. Lástima que generalmente ser débil y ser inculto se den en las mismas personas a la vez…

Pues bien, hijo mío, en esta sociedad que formamos tú y yo, me temo que el aquí manda y juzga los actos considerados buenos y malos, soy yo, y tú poco puedes hacer mientras me sigas chupando la sangre y alimentándote gracias a mi esfuerzo. Así que ahora vas a permitirme que te pegue una buena paliza, para que así pruebes empíricamente porqué no se deben ejecutar actos malos como destrozar un libro, y más si es de tu padre, y aprendas a ser una buena persona.”

Juzguen ustedes.

(He procurado expresar el texto de la forma más infantil de la que he sido capaz, procurando que sea perfectamente legible por un infante en el caso de que algún día yo cometa algún error.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que la dilatada espera de un nuevo relato ha merecido la pena :D Pero no llego a imaginar a un crío con tus vivos ojillos y esa sonrisa que, verdad o no, refleja ilusión, descubriéndose al mundo real con tan pocos años. Si algún día llega a existir, que al menos tenga más tiempo de ingenuidad/felicidad (en teoría). Besos dramáticos!

Kiüs dijo...

Tres cosas:
·No sé si eres pedante o simplemente tonto del culo xD Eso no lo entienden ni muchos adultos que yo me sé xD
·Si educaras a tu hijo así, yo opino que es conveniente que tengas muchos y los repartas por el mundo, porque con una educación así, dominaremos el mundo los que tenemos cierto parecido en la forma de pensar(Carlosmierda, tú, yo y poco más ^^)
·Algo que ya te dije una vez:¿Un libro debe ser respetado por el simple hecho de ser un libro?(http://www.runtimecomics.com/runtimenews/runtimenews056-lectura.gif)Piensa...