2 de diciembre de 2008

Una carta olvidada

¿Qué darías a cambio de tu alma?

¿Qué es eso que deseas por encima de todas las cosas que pueden dársete en el mundo? 

Yo lo sabía, e hice mi elección.

Quise probar el hastío de haberlo vivido todo. Quise saberlo todo. Quise poder tocar con mi dedo el más profundo abismo, para luego ascender hasta el paraíso del placer. Quise estancarme para siempre, para así poder correr por el vertiginoso movimiento de la vida. Deseé mantener intacta mi juventud para siempre, y apenas pensé que eso es demasiado tiempo.

¿Tengo yo la culpa de ser una suerte de Apolo? ¿Cómo es posible que no me amara más de lo que el propio Narciso podría haberse llegado a amar jamás? Las Musas corrían a mí deseosas de que yo gozara por su causa, pugnándose por ser las coronadas por su propia influencia.

Y todas aquellas bendiciones decidieron tornarse en maldición. Los dioses quisieron, en un temible juego al que no debí entrar jamás, concederme aquel deseo que siempre había ansiado. Mi juventud sin mácula, con toda su fuerza y vigorosidad, se mantiene intacta desde entonces.

Pero, lejos de poseer un cuadro oculto donde esconder mis horrores, todas mis culpas se agolpan en mi cabeza, deseando encontrar ese eterno descanso donde son expiadas. Pero no existe pintura que acuchillar, ni cabeza que cortar, ni existe cadena tan fuerte que me sujete al fondo del mar, sin morir, quizás, pero lejos de este mundo. Y no encontré más expiación que el arte que antes había cultivado, pero las Musas, sintiéndose engañadas al descubrir que me amaba más de lo que jamás ellas serían amadas, no querían ya asistirme.

Y aquí estoy. Sin tiempo suficiente para haber visto levantarse grandes imperios, pero sí con el bastante para querer abandonar el mundo.

He viajado por el mundo, he sido agasajado por millones de mujeres que serían el sueño de cualquier hombre. Todas las drogas han surcado mis venas, y hoy día me mantengo sin tan siquiera el descanso del sueño. No hay horrendas marcas que afeen mi rostro, y mi energía no se ve delimitada.

¿Me robaron el alma? Me quitaron las Musas al descubrir mi secreto, extirpándome así una gran parte de mi ser, pero dejaron intacta mi sensibilidad ante el dolor, ante lo horrendo. Lo espantoso sigue haciendo mella en mí, el vacío me inunda. Por compañera me dejaron a la soledad, como una ironía propia de las más crueles mentes. ¿Por consuelo? Ni la Muerte, ni una conciencia amiga que me quisiera escuchar. Desterrado de la vida empecé a sentirme. Era el hombre más vivo que jamás había pisado la tierra, quizás después de Aquiles, y el que más muerto estaba.

Mi ética fue cayendo en el olvido, junto a tantas otras personas a las que ya no podía amar por parecerme ridículas. Empecé a ver a todos como pobres que se afanan en recolectar lo suficiente ese día antes de que llegue la noche para poder subsistir si con ella llega el frío. Andan con su carritos llenos, algunos bastante precarios, otros auténticos BMW, pero tanto da. Todos fortuitos y pasajeros.

Quería pensar que había sido maldecido, pero poco a poco comencé a darme cuenta de que aquello que los dioses me habían dado como castigo, no era para mí más que la contestación a todas las preguntas.

Lejos de la moral todo me servía. ¿Pero acaso la moral no ha sido inventada por el ser humano para poder morir tranquilo? ¿De qué me servía a mí entonces?

Y ahora vago por las ciudades. No poseo un lugar fijo para descansar, prefiero hacerlo en los distintos y oscuros bares que las urbes me van brindando. Me deleito en escribir un pequeño texto en un trozo de papel que luego dejo sobre la mesa, para que pueda ser leído o tirado por el próximo que vaya a sentarse. Adoro subirme a un pequeño escenario improvisado en un local y cantar todas aquellas poesías que en el camino he escrito.

Y ahora vuelvo a mi juego. Os dejaré esto aquí como testimonio. Tal vez sea leído, tal vez obviado. Sea lo que sea, mucha suerte a todo aquel que pase la vista por aquí. La necesitará.

3 comentarios:

Echos of a dream dijo...

Muy bueno, a mi pesar...

No estamos hechos para subsistir o sobrevivir al tiempo. Nuestra finitud nos hace humanos, y creo que las sensaciones de cualquiera que pueda entender tus frases hacen valer la verdad de esto mismo.

Brrrr

Kiüs dijo...

Bart Simpson dio 5 dólares por su alma, si mal no recuerdo, o 15... rolais xD

¡¡¡¡¡¡Me voy a cagar en tu alma, so gafasmierdófilo subnormal!!!!!!¡¿Qué es eso de "Yo lo sabía, HE hice mi elección."?!
Si es que yo tenía mucha razón cuando dije que el mundo se va a la mierda...Te odio(más aún que antes)

Te quedaste sin comentario ¬¬ [negociable xD]

Kiüs dijo...

La cosa no va a cambiar porque lo corrijas... ¬¬